miércoles, septiembre 19, 2012

from paula


De qué son las palabras de ahora?
Si serán de arcilla, de qué maltrecha sustancia es su cuerpo de ahora?
Qué les quita, qué les da tu mano demiurga: humedad, pulso, dolor?
Qué ordenas en la hechura de sus ojos torcidos por el olvido, en sus miembros desparramados?
Sé que algo, duro, mudo y ciego,  les has chupado y lo guardaste en tu garganta para curarte, esas artes de alquimia que muestras con el fuego y el aliento.

No puedes ver el universo vacío, triste, ingenua Demiurga, qué dios te abandonó sin visitarte de forma debida para que te inventaras los hijos como palabras para la tierra, como páginas para los hombres?
Sobre esa vestidura despojada de la palabra quieres soplarle la piedra de tu entraña y tenerla en tus manos, palpable y agradecida, desde la tinta hasta la arcilla.

Con tu hijo en las manos, lleno de palabras como un saco de piedras recién nacidas, sacado del fuego, con tu hijo tejido que te late y te respira en la cara y sin culpa
Descubres tu ceguera y el silencio más profundo de tu voz en los cantos nuevos de los hombres que te han nacido.

Qué buscas cambiando la tinta en sangre?
A qué abandónico dios quieres retar con tu truco?
Nadie está celebrando una boda aquí.
Es un nacimiento.
Así que con cuidado,
Deposita tu criatura en el suelo,
Y da el trabajo por hecho.

2 comentarios:

Paula Einöder dijo...

¿Qué puedo agregar? Un poeta de gran intuición, que capta las sutilezas del lenguaje, que relata historias perdidas en el inconsciente colectivo. Muy agradecida por haber recibido este poema. De verdad. Un regalo invalorable. La generosidad es flor escasa en estos tiempos. Fuerte abrazo.

Hugo Correa dijo...

este poema debe mucho a paula einöder, quien tenga oídos oiga. ése sabrá que la firma del poema es plural, dual en este caso, y el agradecimiento es inmerecido.