sábado, marzo 20, 2010

ese

porque después tendremos ese puñado de cosas
que llamamos el recuerdo,
como una forma de lo presente
como una forma de lo lejano,
hecho del agua
de ese tinte negro que tienen las palabras
con un hueco horrible en el medio

jueves, marzo 04, 2010

como les decía ayer

de ceniza quiero hablar,
de ceniza gris de volcán que cae sobre los vegetales ingenuos
que las mujeres sin ideas plantan en sus jardines,
de ceniza gris que impregna los gatos friolentos,
de ceniza gris que aplasta o nos ahoga en otros,
pero bueno,
que suelo ser un poeta más o menos decente,
pero no hoy.
que estoy bien documentado acerca el uso de la metáfora,
esa cosa que se mueve
como con hambre. No hoy,
que revisé ortografías y programas de enseñanza,
estudié las normas de puntuación,
consigné combatir el anacoluto cuando no tiene justificación estética,
hoy si quiero algo es hablar de ceniza,
como una mugre blanca que ingresa en los hogares,
obliga a proteger la fruta,
hace que los niños parezcan fumadores veteranos,
que los perros sacudan su cuero peludo,
que la gente avisada cierre los ojos,
intente respirar en un pañuelo,
es decir,
algo así como un resto cierto de la verdad sin después,
como un suelo, una soga, el interior del agua o de otras insignias
que abren o queman entre el cuerpo de un viejo
y la boca de un tonto.
algo que es sólo fue.

miércoles, marzo 03, 2010

las condiciones insalubres del arbolado público

de los árboles sé decir que soportan mal
la ceniza,
la indiferencia de los transeúntes,
los aguaceros continuados,
los carteles,
la mala ubicación.
pero me han dicho que tienen un corazón enterrado en sus raíces,
un corazón que también es lengua y pulmón.
es todo su ser guardado en la intimidad de su carne oculta,
y cuando lo aquejan las condiciones antedichas,
en el peor de los casos,
todas juntas,
llaman a los pájaros para que les canten sus canciones
de celo y territorio.
pero estos bichos, con justicia, no acuden.
prefieren los árboles con mejores ubicaciones,
sin tanta ceniza ni microclima inoportuno que les permita ejercer
sin molestias su derecho al canto,
a la cópula,
al llamado de la cría,
a la vecindad de un invierno,
que los deje escarbar la tierra,