jueves, marzo 04, 2010

como les decía ayer

de ceniza quiero hablar,
de ceniza gris de volcán que cae sobre los vegetales ingenuos
que las mujeres sin ideas plantan en sus jardines,
de ceniza gris que impregna los gatos friolentos,
de ceniza gris que aplasta o nos ahoga en otros,
pero bueno,
que suelo ser un poeta más o menos decente,
pero no hoy.
que estoy bien documentado acerca el uso de la metáfora,
esa cosa que se mueve
como con hambre. No hoy,
que revisé ortografías y programas de enseñanza,
estudié las normas de puntuación,
consigné combatir el anacoluto cuando no tiene justificación estética,
hoy si quiero algo es hablar de ceniza,
como una mugre blanca que ingresa en los hogares,
obliga a proteger la fruta,
hace que los niños parezcan fumadores veteranos,
que los perros sacudan su cuero peludo,
que la gente avisada cierre los ojos,
intente respirar en un pañuelo,
es decir,
algo así como un resto cierto de la verdad sin después,
como un suelo, una soga, el interior del agua o de otras insignias
que abren o queman entre el cuerpo de un viejo
y la boca de un tonto.
algo que es sólo fue.

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