domingo, septiembre 30, 2012

escollo

no por visceral parece que duermes
revestida de antiguos mariscos y pieles más verdes
en tu presunta eternidad
que usan esos pájaros que nombré en otra parte para maldecir
en tu silencio más mudo al borde de otro mundo
que no quitas de la insinuación

Saul's sorrow

you deceive your self
because love
is a crime that requires accomplices
you should know that
and you signed the pact

Génesis


Para escribir un poema hay que saber qué es un poema. Eso decía Lorca. No soy su lector y, por tanto, desconozco los fundamentos para considerarlo un buen poeta; sin embargo, la frase es correcta: uno no puede emprender algo si no tiene una visión de los resultados. Esto no significa que se deba tener la visión ya acabada del poema: lo que se debe saber es de qué va esto de escribir poemas.

          Hace algún tiempo parafraseé a FranK Zappa cuando dije que se escribe poniendo una letra después de otra y así hasta el final: están los lectores para explicar el texto. En otra parte también dije que escribir poemas es escribir hasta la mitad del renglón. Estos dos últimos criterios son ciertos y cumplen de manera aberrante y abusiva -pero certera- con la exigencia de Lorca. Además, el poeta debe explorar sus orígenes: la genética y la génesis de su vocación: empecé a escribir en el liceo porque me aburría en las clases: mientras otros dibujaban, yo escribía. Eso me permitía escapar de una extraña manera a otros mundos poblados de fantasía, enriquecidos aun más por mi afán de experimentar sensaciones. Al mismo tiempo, ejercitaba la memoria emotiva y comparaba: sacaba conclusiones. De estos viajes interiores quedaba el poema como un informe, un registro para consultar y con el que se podía dialogar tanto en el contenido como en la estética. 

          Otros elementos que coadyuvaron a la formación y a la vocación es tener amigos que hagan lo mismo que uno: con ellos podía realizar intercambios tanto en la vida civil como en la literaria: el tráfico de ideas y de recursos técnicos era un motor eficiente de los diálogos tanto dentro del discurso poético como en lo profano.

          En esta reflexión arribamos a algunas conclusiones que nos pueden ayudar a escribir el poema:

1) Formarse un idea de qué es un poema
2) Escribir
3) Explorarnos a nosotros mismos
4) Escribir
5) Relacionarse con personas que tengan los mismos intereses
6) Escribir
7) Publicar
8) Escribir

viernes, septiembre 21, 2012

through paula


Rostro de animal extinto
Pulsando en la carne de la muerte
Abriéndome  camino con los dientes
Busco una superficie o un fondo
Que me permita boquear

la piedra de tamar

la innominada piedra
perdida en el taller, habitada de ángeles heridos,
esta vez espera un poema desde el elegir de su nombre.
tenla en tus manos
pregúntale por su camino de piel y de uña qué la trajo rodando: con garra: con sangre: con callo.
qué uso le dieron las manos que la odiaron y la amaron?
qué es lo que necesita para que su corazón no se quede sordo: quitar vidas? encender fuegos?
escucha: de su pulso expectante conoces que quieres darle abrigo.
tu piel es el amo que buscaba la piedra
y le canta hundida en su silencio a los viejos dioses de los ríos
al viento poblado
a los juguetes de los niños
a la piel de las mujeres que despiden de su cama al cazador satisfecho
a los hongos y a las mascotas del chamán
esa piedra sabe, toda piedra que nos rodea sabe, a dónde se hundieron sus cuerpos,
el canto y la arena.
de veras:
también estas caracolas
son una piedra intestina: todo su canto y todo su vientre posa en tu mano
tócala de oído: es un corazón.

jueves, septiembre 20, 2012

for paula



je me rappelais le son du mot dans sa voix

ese gato, ojos de ópalo verde,
desde egipto te trae la victoria de horus.
si nacés olvidada,
renacé de memoria.
"por qué tenés que ser una esclava del poder de la muerte?"

miércoles, septiembre 19, 2012

from paula


De qué son las palabras de ahora?
Si serán de arcilla, de qué maltrecha sustancia es su cuerpo de ahora?
Qué les quita, qué les da tu mano demiurga: humedad, pulso, dolor?
Qué ordenas en la hechura de sus ojos torcidos por el olvido, en sus miembros desparramados?
Sé que algo, duro, mudo y ciego,  les has chupado y lo guardaste en tu garganta para curarte, esas artes de alquimia que muestras con el fuego y el aliento.

No puedes ver el universo vacío, triste, ingenua Demiurga, qué dios te abandonó sin visitarte de forma debida para que te inventaras los hijos como palabras para la tierra, como páginas para los hombres?
Sobre esa vestidura despojada de la palabra quieres soplarle la piedra de tu entraña y tenerla en tus manos, palpable y agradecida, desde la tinta hasta la arcilla.

Con tu hijo en las manos, lleno de palabras como un saco de piedras recién nacidas, sacado del fuego, con tu hijo tejido que te late y te respira en la cara y sin culpa
Descubres tu ceguera y el silencio más profundo de tu voz en los cantos nuevos de los hombres que te han nacido.

Qué buscas cambiando la tinta en sangre?
A qué abandónico dios quieres retar con tu truco?
Nadie está celebrando una boda aquí.
Es un nacimiento.
Así que con cuidado,
Deposita tu criatura en el suelo,
Y da el trabajo por hecho.